Licencia por maternidad: ¿Cómo encarar la vuelta al trabajo?

El Salario/ Mujer y trabajo / Vuelta al trabajo

OPINION

Por Ester Beker y Cristina de Benedetti (**)
 

¿Cuál es el momento de volver al trabajo? ¿Son suficientes los cuarenta y cinco días posparto? ¿O los tres meses, como permiten determinadas situaciones laborales?¿ O los meses con licencia sin goce de sueldo a que apelan muchas mujeres?

Cada mujer tiene programada su manera de ser madre. Sin embargo, cómo compatibilizar maternidad y trabajo fue y es una preocupación para muchas mujeres. La sociedad, por su parte, produjo recursos para hacer esto posible: desde crear guarderías y fabricar leches símil maternas hasta multiplicar la tendencia de las empleadas “con cama adentro” para que reprodujeran el criterio de crianza de los hijos.  Pero, junto a las posibles soluciones surgían críticas y sentimientos de culpa por el nuevo rol laboral de la mujer que buscando realizarse a través del trabajo, “abandonaba a sus hijos”.

Seguramente muchos de estos prejuicios aún resuenan en la sociedad y muchas mujeres se plantean si se trata de renunciar a algunos de estos roles o de hacerlos compatibles de la mejor manera posible.

Lo más probable es que la renuncia o la postergación de la vuelta al trabajo por largo tiempo tendrán sus costos. Si bien “cada casa es un mundo”, en la actualidad la sociedad da un lugar de mayor reconocimiento a la mujer que trabaja. Es entonces el momento de reconsiderar los roles en la pareja.

Hoy en día es un hecho bastante habitual que los hombres participen activamente en la crianza de los hijos y también en las tareas domésticas. Hombre y mujer tienden a compartir el trabajo no remunerado que significa llevar adelante la casa y el cuidado de los chicos. Muchos padres pueden, por horario y tipo de trabajo, quedarse en la casa si un hijo se enferma, hacer la adaptación a la guardería o trasladarlo a la casa de los abuelos o tíos.

Es entonces la mujer la que tiene que elaborar este nuevo desprendimiento, reconociendo que es una responsabilidad compartida la crianza de un hijo y no considerarse la única protagonista.

Saber que el vínculo entre el bebé y sus padres es suficientemente fuerte, diferente, como para que no lo perjudique la presencia de otros cuidadores. Y utilizar los beneficios sociales como un derecho que da cuenta de que hay un compromiso social en la salud de la comunidad.

Por otra parte, la mujer debe correrse del lugar de “preocuparse” y, en pareja, “ocuparse” de :

  • Elegir una guardería que dé confianza a los papás o contar con  una empleada  que cuide al bebe en la casa.
  • Apelar a los abuelos u otros familiares a realizar esta tarea, conversando y acordando principios generales de crianza.
  • Confiar en los beneficios del rol del padre.
  • Sobre todas las cosas, recordar que no todo lo que le pasa al chico tiene que ver sólo con ambos padres. Responsabilidad no es sinónimo de culpabilidad.

Una vez que la mamá logra dejar de sentirse la única responsable de la salud psicofísica de su bebé se podrá sentir más aliviada anímicamente y se podrá reencontrar con su familia luego del trabajo, en mejores condiciones. 


(**) Ester Beker y Cristina de Benedetti son psicólogas especializadas en Diagnóstico Situacional de las Organizaciones  y Grupos Balint aplicados a las empresas, y directoras de Claves Consultora. equipoclaves@elmurocultural.com

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